lunes, 11 de enero de 2010

El Dios del viento es un Deva de la naturaleza, un Malachim del mundo causal, un genio del movimiento Cósmico. En otros términos Ehécatl es uno de los reyes angélicos del mundo espiritual de la naturaleza, y es indudable que bajo su dirección, trabajan en nuestro planeta Tierra billonadas y trillonadas de silfos aéreos.

"A los elementales del aire se les designa con el nombre de Silfos. Estas criaturas del aire parecen niños pequeños muy hermosos con rostros sonrosados como la aurora." Samael Aun Weor, Mirando al Misterio.

jueves, 7 de enero de 2010

El Culto

Los dioses de la antigua y gran Tenochtitlán no fueron jamás ídolos. De hecho allí como en los pueblos adyacentes siempre se rindió culto a los ángeles, a los Elohim, a los Prajapatis. Los dioses de Anahuac son los mismos ángeles del cristianismo, los mismos Elohim de los hebreos, los mismos Prajapatis del Indostán; por ejemplo el señor del viento, el Dios maravilloso que tanto fue adorado en los pueblos antiguos no es simplemente un ídolo, Ehécatl es el señor del movimiento cósmico y tiene una escuela. Samael Aun Weor

lunes, 4 de enero de 2010

Soplo vital

Ehécatl es un ángel precioso y espíritu del movimiento, y como tal regula todas las actividades del movimiento cósmico. Así, el aliento que emana de su boca es equivalente a la vida: el soplo vital. Este gran dios interviene en la resurrección de cristo Jesús. Al entrar en la tumba al tercer día, Ehécatl induce en el cuerpo de Jesús la actividad y el movimiento.

domingo, 3 de enero de 2010

Antes como Ahora

En la antigüedad, los Maestros invocaban a este dios encendiendo 3 velas de cera virgen en el templo.

Ehécatl enseña a salir en cuerpo astral, ayuda en los grandes y pequeños viajes, en el trabajo diario; si se lo suplicamos y siempre de acuerdo con la Ley, él retira una vieja enfermedad, un enemigo o un mal vecino. Pero Ehécatl exige pago por sus dádivas: el que le demande algo debe hacer desinteresadas y buenas obras entre los hombres sin distinción de raza, credo o clase. Es ésta la manera de adquirir crédito o moneda cósmica. Haciendo obras todo el tiempo, puede volverse un gran iniciado con ayuda y protección, y moverse con lo pedido.

martes, 8 de diciembre de 2009

Calendario Solar III

4 edades cosmogónicas, períodos o soles antecedieron a nuestra raza. Son los de la tierra, del viento, del fuego y del agua.

A Ehécatl corresponde el segundo de éstos; se llamó EHECATONATIUH (sol de viento) y su signo es NAHUI EHECATL (4 viento). Los hijos de este sol, los hiperbóreos, habitaron la herradura que está alrededor del polo norte y perecieron por fuertes huracanes.


viernes, 20 de noviembre de 2009

Junto a otras divinidades

Existen diversas representaciones de Ehécatl en las que se lo ve acompañado de otros dioses.

Tal es el caso de Tezcatlipoca, divinidad que según los relatos de la creación comparte con él la misión de construir el cosmos; o de Xolotl su hermano gemelo y dios de la vegetación, que en los mitos cosmogónicos, viaja con Ehécatl al inframundo y lo ayuda a rescatar los huesos de la antigua humanidad. También se lo ve adosado a Mitlantecuhtli, el dios de la muerte y el inframundo.


Todo esto nos muestra no sólo las variadas actividades que ocupan a Ehécatl sino también los tiempos en que éstas eran celebradas en el calendario sagrado,confirmándolo así como uno de los dioses primordiales aztecas.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Iconografía

Si bien Ehécatl se lo representa de forma antropomorfa, esta deidad es por sus atributos, invisible e impalpable.

El rasgo que lo caracteriza es la máscara bucal roja y en forma de pico que lleva en su rostro, y que utilizaba para limpiar el camino anticipando la llegada de Tláloc, dios de la lluvia. Lleva casi siempre un sombrero de forma cónica en el que a veces, un ojo sobre fondo negro simula el cielo estrellado.

Entre sus adornos destacan las conchas (collar y orejeras) y los caracoles cuya espiral alude al movimiento del viento. En su pecho lleva el pectoral de Quetzalcóatl, un caracol que partido a la mitad deja ver la espiral a través de la cual fluye el aire haciendo resonar la voz divina; su nombre es Ehecailacozcatl, el Caracol Joyel del Viento.